¿Por Qué la Calle del Pez Es el Corazón de Malasaña? La Historia que Debes Conocer
La calle del Pez esconde una fascinante leyenda que se remonta a una niña llamada Blanca Coronel y un misterioso estanque con peces, historia que dio nombre a esta emblemática vía de 400 metros en el corazón de Madrid.
Desde su origen como una de las calles más aristocráticas del siglo XIX hasta convertirse en el epicentro de la movida madrileña, esta histórica calle del barrio de Universidad ha sido testigo de acontecimientos extraordinarios. Además de albergar el convento de San Plácido, declarado Monumento Nacional en 1943, la calle destaca tanto por sus edificios históricos como por su vibrante vida cultural.En este recorrido, descubrirás por qué la calle del Pez es considerada una de las vías con más sabor del antiguo Barrio de Maravillas, explorando sus legendarios palacios, sus animadas fiestas de San Antonio y los numerosos bares y restaurantes que dan vida a este rincón único de Madrid.

¿La calle del Pez representa…
La evolución de Malasaña
La calle del Pez representa mucho más que una simple vía en el corazón de Madrid. Desde su legendario origen con la historia de Blanca Coronel hasta su actual papel como epicentro cultural, esta calle ejemplifica perfectamente la evolución de Malasaña sin perder su esencia original.Una fusión entre el Madrid histórico y el contemporáneo
A través de sus 400 metros, encontrarás una perfecta fusión entre el Madrid histórico y el contemporáneo. Los palacios centenarios conviven armoniosamente con modernos restaurantes, mientras que las tradicionales fiestas de San Antonio se entrelazan con festivales de arte urbano actuales.Un auténtico espíritu madrileño
Sin duda, el verdadero tesoro de la calle del Pez reside en su comunidad. Los vecinos y comerciantes han logrado preservar el auténtico espíritu madrileño, defendiendo sus tradiciones y adaptándose a los nuevos tiempos sin renunciar a su identidad única.Una experiencia madrileña genuina
Ciertamente, esta emblemática calle seguirá siendo un testimonio vivo de cómo una ciudad puede evolucionar mientras mantiene intacta su alma castiza, ofreciéndote una experiencia madrileña genuina que difícilmente encontrarás en otro lugar.¿Dónde está y cómo llegar a la calle del Pez?
Esta histórica vía del centro de Madrid conecta dos importantes arterias de la ciudad. La calle del Pez desciende desde la Corredera Baja de San Pablo hasta la calle San Bernardo, creando un eje fundamental en el corazón de Malasaña.

Ubicación exacta en el barrio de Malasaña
Situada en el distrito Centro de Madrid, específicamente en el barrio de Universidad, la calle del Pez constituye uno de los puntos neurálgicos de la zona conocida popularmente como Malasaña. Este vibrante barrio madrileño está delimitado aproximadamente por las calles de Princesa, Gran Vía, Fuencarral, Carranza y Alberto Aguilera.
La calle del Pez se encuentra estratégicamente emplazada entre los barrios de Chueca y Conde Duque, formando parte de lo que antiguamente se conocía como Barrio de Maravillas. Su ubicación privilegiada la sitúa a poca distancia de varios lugares emblemáticos, como la Plaza del Dos de Mayo, considerada uno de los centros de actividad social y cultural de Malasaña.
Además, su posición céntrica la coloca a escasos minutos a pie de la Gran Vía, arteria principal de Madrid, lo que la convierte en un punto de fácil acceso desde cualquier parte de la ciudad.
Estaciones de metro y líneas de autobús cercanas
El acceso a la calle del Pez mediante transporte público es extremadamente sencillo gracias a la excelente red de comunicaciones que caracteriza al centro de Madrid. Las estaciones de metro más cercanas son:
- Noviciado (línea 2): Es la estación más próxima, a tan solo 2-3 minutos a pie.
- Callao (líneas 3 y 5): A unos 5 minutos caminando.
- Tribunal (líneas 1 y 10): A aproximadamente 7 minutos a pie.
- San Bernardo (líneas 2 y 4): Un poco más alejada.
Si prefieres el autobús, también tienes múltiples opciones. Las líneas 002, 1, 133, 147 y 148 tienen paradas en la misma calle o en sus inmediaciones. La parada de autobús más cercana es “San Ildefonso”, ubicada a solo 1 minuto a pie.
Para quienes vengan desde la estación de Atocha, existe conexión directa tomando el metro línea 1 hasta Tribunal, o también mediante el autobús línea 001 que tiene parada en Santo Domingo, a unos 11 minutos a pie de la calle del Pez.
Consejos para llegar en coche o a pie
Llegar en coche a la calle del Pez puede ser complicado por dos motivos: primero, está en el centro de Madrid, donde hay restricciones de circulación; segundo, las calles de Malasaña son estrechas y de un solo sentido. Si decides ir en vehículo, se recomienda usar los parkings públicos, como el Parking Malasaña, que opera 24 horas cerca de la Plaza del Dos de Mayo y la estación de metro de Tribunal.
Para quienes prefieren caminar, la calle del Pez es accesible desde varios puntos del centro. Desde la Puerta del Sol, el recorrido a pie es de 10-15 minutos, pasando por calles llenas de vida y comercios. Desde Plaza España o Gran Vía, el trayecto no supera los 15 minutos caminando. Ten en cuenta que la zona está animada, especialmente por la tarde y noche, lo que convierte el paseo en una experiencia para descubrir el espíritu de Malasaña.
La leyenda que dio nombre a la calle del Pez
La historia de esta emblemática vía madrileña se encuentra envuelta en una curiosa leyenda que se remonta al siglo XVII. Pocos saben que hasta finales del siglo XVIII, esta céntrica calle recibía un nombre completamente diferente: Calle de la Fuente del Cura.El estanque del cura Henríquez y la fuente del Cura
El origen de este primer nombre tiene como protagonista a Don Diego Henríquez, un sacerdote de noble linaje que poseía en este lugar una extensa hacienda. En sus terrenos destacaban cinco pozas y una fuente de aguas finísimas con distintos juegos de surtidores. Durante la festividad de San Juan, el eclesiástico abría las puertas de su finca para que el público pudiera disfrutar de estos espléndidos jardines. Según diversas crónicas, cuando Felipe II trasladó la corte a Madrid, el ayuntamiento compró parte de la hacienda del cura Henríquez con el propósito de construir viviendas. Sin embargo, la otra parte de la propiedad fue adquirida por Juan Coronel, a quien correspondiría el terreno donde se encontraba uno de los estanques.La historia de Blanca Coronel y el último pez
Durante la construcción de la nueva residencia de Juan Coronel, los albañiles comenzaron a utilizar el agua del estanque para las obras. Por consiguiente, el agua se fue enturbiando y agotando progresivamente, provocando la muerte de la mayoría de los peces que allí habitaban. Blanca Coronel, hija de Juan, observó con tristeza cómo solo quedaba un pez en aquellas aguas cada vez más sucias. Movida por su cariño hacia el animal, decidió rescatarlo y colocarlo en una pecera de vidrio donde lo cuidó con esmero durante algún tiempo. A pesar de sus esfuerzos, el último pez también acabó muriendo, causando un profundo desconsuelo en la joven.Cómo surgió la Casa del Pez y su inscripción
Para consolar a su afligida hija, Juan Coronel ordenó tallar un pez de piedra en la fachada de su casa, que hacía esquina entre la actual calle del Pez y Marqués de Santa Ana. Además, mandó colocar un letrero con la inscripción “Casa del Pez”. Este símbolo se ha respetado a lo largo del tiempo, adquiriendo tal importancia que toda la vía acabó adoptando su nombre actual. Actualmente, todavía puede observarse la figura del pez labrada en la fachada del edificio situado a la altura del número 30. Aunque la construcción no es la original, cuando se edificó en su lugar se decidió mantener la histórica figura. Tras estos acontecimientos, Blanca Coronel ingresó como monja en el cercano convento de San Plácido, viéndose posteriormente implicada en los misteriosos sucesos que allí ocurrieron.Qué ver en un paseo por la calle del Pez
Un recorrido por la histórica calle del Pez ofrece al paseante auténticas joyas arquitectónicas y culturales que revelan el encanto especial de esta zona de Malasaña.La Casa del Pez y su escultura
Entre las calles Marqués de Santa Ana, Pizarro y Jesús del Valle se encuentra la famosa Casa del Pez. Aunque el edificio actual no es el original, mantiene la tradición conservando en su fachada la figura de un pez tallado en piedra con la inscripción “Casa del Pez”, en homenaje a la leyenda que dio nombre a toda la calle. Este emblema puede apreciarse a la altura del número 30 y constituye uno de los puntos fotográficos más buscados por los visitantes.El Palacio de Bauer y la estatua de Julia
Al final de la calle, en la esquina con San Bernardo, se levanta majestuoso el Palacio Bauer, uno de los mejores ejemplos de palacio decimonónico en Madrid. Construido en el siglo XVIII para los marqueses de Guadalcázar, fue adquirido a mediados del siglo XIX por la familia de banqueros Bauer, emparentados con los Rothschild. Estos poderosos financieros reformaron el edificio encargando su decoración interior a Arturo Mélida, creando un magnífico salón de baile que reunía a la alta sociedad madrileña. Actualmente alberga la Escuela Superior de Canto de Madrid. Apoyada en la fachada del Palacio Bauer descubrirás a Julia, una entrañable escultura de bronce a tamaño natural creada por Antonio Santín e instalada el 12 de abril de 2003. La estatua representa a una estudiante que porta libros en el brazo, homenajeando a aquellas mujeres que en el siglo XIX tuvieron que disfrazarse de hombres para acceder a la Universidad Central que se ubicaba en este mismo edificio. La escultura, oficialmente titulada “Tras Julia”, se ha convertido en todo un símbolo del barrio, tanto que en 2010 tuvo que ser reparada tras sufrir actos vandálicos.El Teatro Alfil y otros espacios culturales
En el número 10 de la calle, haciendo esquina con la calle de la Madera, se encuentra el Teatro Alfil. Este emblemático espacio cultural abrió sus puertas en 1948 como cine de sesión matinal (Cine Pez) y en 1971 se transformó en teatro. Desde 1996 está gestionado por la compañía Yllana, que lo ha posicionado como referente de la comedia y el humor en Madrid. Con un aforo total de 200 espectadores distribuidos en dos plantas, es el único teatro de Madrid con una barra dentro de la sala. Además, cerca de esta zona se encuentra el Teatro Victoria (número 17), otro espacio que enriquece la oferta cultural de esta animada calle madrileña.Sabores y restaurantes con historia
Los 400 metros de la calle del Pez no solo albergan historia y arquitectura, sino que también ofrecen un fascinante recorrido gastronómico con opciones para todos los gustos. Sus aceras son un constante ir y venir de gente que busca un buen trago y una buena mesa en los numerosos establecimientos que la pueblan.
El mítico Lartisan en el casa del Pez
En el emblemático edificio conocido como Casa del Pez encontrarás Lartisan, un restaurante que ha sabido ganarse un lugar especial en Malasaña. Este establecimiento ofrece una propuesta culinaria que fusiona sabores mediterráneos, asiáticos y latinos en un ambiente acogedor donde predominan las maderas y flores secas.
Lartisan destaca por sus brunchs originales y sabrosos con platos como la berenjena asada al curry rojo tai Benedict o el hummus Kalamata con chistorra. Además, sus cócteles de autor y tartas caseras lo convierten en un lugar ideal para cualquier momento del día. No es casualidad que haya sido reconocido por El Mundo, Cosmopolitan y la revista de lujo ‘Luxlife’ como el “Most Welcoming Brunch & Tapas Restaurant 2024”.
El hogar de Pez Tortilla y HanSo Café
Pez Tortilla nació de la idea de tres amigos de la infancia apasionados por los bares, las tortillas poco cuajadas y las cervezas artesanales. Este local se ha convertido rápidamente en un referente gastronómico madrileño, ofreciendo tortillas en diversas variedades, desde la clásica hasta opciones más elaboradas como la de brie, trufa y jamón. Complementan su oferta con croquetas gourmet (de jamón serrano, pollo al curry o hasta de nutella) y más de 70 cervezas artesanales.
Por otro lado, HanSo Café es considerada una de las mejores cafeterías de Malasaña. Con una decoración que mezcla lo industrial y lo vintage con cierto aire asiático, este establecimiento destaca por su café de especialidad y sus baristas profesionales que compiten en campeonatos internacionales. Sus tostadas con aguacate, bagels y desayunos con toques asiáticos han conquistado tanto a locales como a visitantes.
Fiestas, arte y vida vecinal
La vibrante vida comunitaria transforma la calle del Pez en un punto de encuentro donde cultura, arte y tradición se entrelazan para crear una identidad única en el corazón de Madrid.Las fiestas de San Antonio y sus actividades
Cada mes de junio, coincidiendo con la festividad de San Antonio (13 de junio), la calle del Pez cobra especial protagonismo. Las asociaciones Esto Es Pez y Vive Malasaña organizan anualmente un completo programa festivo que incluye más de 40 actividades gratuitas para todos los públicos. Durante tres días, generalmente del viernes al domingo cercanos a la festividad, el barrio se llena de música, arte y diversión.
El programa incluye conciertos desde los balcones de la Escuela Superior de Canto, actuaciones en plazas, carreras infantiles, desfiles de moda, monólogos y hasta un escenario con micrófono abierto para talentos locales. Además, teatros como el Victoria acogen representaciones especiales durante estos días festivos.
El papel del colectivo Patio Maravillas
El Patio Maravillas, espacio polivalente autogestionado, tuvo su sede más estable en el número 21 de la calle del Pez tras haberse ubicado inicialmente en la calle Acuerdo. Este centro social y cultural se convirtió en un referente de participación ciudadana y movimientos sociales en Madrid.
Entre sus múltiples actividades destacaban talleres de reparación de bicicletas, proyecciones de documentales, asesoría jurídica, clases de idiomas, actividades infantiles y hasta una cabina telefónica gratuita. No obstante, tras varios desalojos, el proyecto finalizó su etapa en la calle del Pez en 2015.
Arte urbano y cultura alternativa en la calle
Malasaña y particularmente la calle del Pez destacan por su tradición de arte urbano. El festival “Pinta Malasaña” transforma anualmente la zona con intervenciones artísticas, convirtiendo cierres de comercios y espacios al aire libre en lienzos para cien artistas que trabajan simultáneamente.
Este festival, junto con iniciativas como “Domingos Pez” (peatonalización dominical de la calle para actividades culturales), reflejan el espíritu creativo y comunitario que caracteriza al barrio. Por otra parte, espacios escénicos como el Teatro Alfil continúan manteniendo viva la escena cultural alternativa, consolidando a la calle del Pez como un epicentro de innovación artística en Madrid.
Por qué la calle del Pez es el alma de Malasaña
Entre la leyenda y la modernidad, la calle del Pez se erige como un universo en línea recta que captura la esencia misma de Madrid. Su breve recorrido ha quedado inmortalizado en las páginas de la literatura de Galdós y Baroja, así como en la cinematografía española contemporánea.Una mezcla única de historia y modernidad
La calle del Pez representa ese Madrid donde lo castizo y lo underground conviven en perfecto equilibrio. Su pasado aristocrático, evidenciado en sus palacios dieciochescos, contrasta con su presente como epicentro cultural alternativo. Algunos cronistas la han definido como “una de las calles con más sabor del viejo Barrio de Maravillas”, ese que posteriormente se transformó en Malasaña debido a la influencia de la movida madrileña.
Asimismo, esta vía ha inspirado a cineastas como Alejandro Amenábar, quien la utilizó en 1997 para el rodaje de “Abre los ojos”, y Fernando León de Aranoa, que filmó allí escenas de “Princesas”. En el ámbito musical, ha sido inmortalizada por artistas como Siniestro Total y Manu Chao en “Me llaman calle”.
Símbolo de resistencia cultural y vecinal
La calle del Pez ha sido durante décadas un bastión de resistencia frente a la gentrificación. El colectivo Patio Maravillas, ubicado en el número 21, se convirtió en referente de los movimientos sociales madrileños hasta su desalojo en 2015. Este espacio autogestionado simbolizaba perfectamente la lucha vecinal por mantener viva la identidad del barrio.
De hecho, tras años de prohibición, los vecinos y comerciantes consiguieron recuperar las fiestas de la calle mediante autogestión, demostrando el poder de la comunidad para preservar sus tradiciones frente a las restricciones municipales.
Un lugar donde cada rincón cuenta una historia
El edificio número 3 de la calle adquirió carisma legendario gracias al documental “Una historia para los Modlin” de Sergio Oksman, premiado con un Goya en 2013. Esta película narra la extraordinaria historia de una familia norteamericana que vivió en este inmueble durante décadas hasta el fallecimiento de su último miembro.
Por otra parte, la calle del Pez continúa siendo escenario de diversas manifestaciones artísticas contemporáneas. El festival “Pinta Malasaña” y las iniciativas como “Domingos Pez” transforman periódicamente la calle en un lienzo urbano, reflejando ese espíritu de constante renovación que caracteriza al barrio.
Sin duda, esta calle representa la resistencia frente a la uniformidad urbana, un espacio donde la pelea constante entre tradición y modernidad, entre lo emergente y lo establecido, ha configurado un carácter único que define al barrio entero. Como muchos vecinos afirman: “Malasaña sigue siendo, hay vecindad y relaciones humanas densas un metro detrás del photocall”.
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